Mediante una serie de mecanismos se mueve el agua, se encienden y apagan luces dentro de unas piscinas transparentes a la vez que se crean nuevos sonidos. Esta escultura cibernética de microchips, leds, micros y altavoces, intenta controlar la deriva de los objetos con artefactos electrónicos, creando un espacio poético sonoro que que dialoga con la deriva a través de la mediación.
Además, la instalación también puede ser performada utilizando las piscinas como intrumentos. Cristián Sotomayor (músico percusionista) interactúa con ellas en tiempo real llevará a cabo un pequeño concierto que lleva al límite las posibilidades del Cristal Sonoro.
http://www.youtube.com/watch?v=38EuEYx1trY
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